Escenarios para la economía y las inversiones tras el covid 19

Feb 8, 2021

Tras el cierre del ejercicio 2020, un año difícil para los mercados y la economía, los inversores se plantean cuál debe ser el posicionamiento más eficaz para afrontar 2021, que ha comenzado con expectativas muy favorables para el crecimiento, aunque persiste un alto grado de volatilidad en los mercados e incertidumbres sobre el ritmo y la forma de la recuperación. 

¿Cuándo se recuperará la economía?

Los inversores quieren saber si la vacunación masiva impulsará el crecimiento del PIB, que por ejemplo, en España, cayó -11% el pasado año, y en el conjunto de la zona Euro , -6,8%, y cuándo lo hará. Los analistas dan por hecho que será a partir de la primavera, gracias a los avances en la vacunación, y a las mejores condiciones climatológicas, con el añadido de que las tasas de ahorro se encuentran en niveles muy altos tras meses de confinamiento y temores sobre el futuro.

Por geografías, Estados Unidos y China podrían recuperar sus niveles de crecimiento prepandemia antes que Europa. El mayor consumo de materias primas por parte de las dos grandes economías mundiales, que acompañará su recuperación, beneficiará, además, a los países emergentes.

Las mayores palancas para la recuperación siguen siendo los estímulos monetarios y fiscales por parte de gobiernos y bancos centrales. Es decir, las compras de activos, que nutren con liquidez el mercado, y ayudan a la supervivencia de empresas y economías. Pero esta política, que continuará hasta que la recuperación se consolide, genera un creciente  endeudamiento público, y aumenta los balances de los bancos centrales. Por lo que habrá que ver si la recuperación es lo suficientemente consistente en el medio plazo, para satisfacer los intereses de la deuda asumida, y para evitar la quiebra de numerosas compañías.

La continuidad de los estímulos encaja con una política monetaria laxa, en la que los bancos centrales han prometido seguir con tipos muy bajos para estimular el consumo. Ello supone un impulso a la inflación, y el mantenimiento de los tipos reales en negativo (tipos de los activos sin riesgo menos inflación).

¿Dónde invertir?

Cuando los tipos reales están en negativo, y la inflación adquiere un sesgo alcista, aunque sea lentamente -como en la actualidad-, los inversores se ven obligados a acudir al riesgo y diversificar, si quieren obtener rendimientos atractivos

En el caso de la Renta Variable, las casas de análisis optan en general por la diversificación geográfica. Para aprovechar el potencial de crecimiento en la post pandemia de las zonas más castigadas, como Europa y los emergentes, y dadas las elevadas valoraciones tras el rally a partir del tercer trimestre de 2020, sobre todo en Estados Unidos.

Respecto al tipo de compañías, los expertos prefieren la seguridad de elegir las mejores empresas según calidad, valoración y momentum. Aquellas que gestionan razonablemente su deuda, que tienen negocios sólidos y cuentan con ventajas competitivas sostenibles.

Compañías que pueden ser tanto Big Caps (elevada capitalización) o small caps (pequeña capitalización), porque en ambos casos, sus modelos eficientes de crecimiento pueden aprovechar  el previsible tirón alcista de la economía. Compañías, en definitiva, con un sesgo mas value que growth.

Por sectores, las preferencias van hacia todos aquellos que aprovecharán mejor la salida a la crisis provocada por el covid-19: la salud y la tecnología en primer lugar, dadas las necesidades extremas de vacunación y atención sanitaria, y por los cambios en los hábitos de trabajo. Y por otro lado, todos aquellos sectores que han sido muy castigados durante la pandemia y se van a recuperar rápidamente, una vez retorne la normalidad en el ciclo y en los hábitos de consumo. Por ejemplo, el transporte, turismo, consumo cíclico, incluso el sector financiero.

En la Renta Fija, el panorama continuará dominado por las compras de los bancos centrales, que comprimen los spreads (diferenciales) y restan atractivo a los bonos gubernamentales en Europa y en EE.UU, combinado con el mantenimiento de los tipos de interés en niveles bajos durante un largo tiempo.

Los analistas se decantan por bonos con menor nivel de calificación crediticia, los High Yield, por su mayor generación de yield (rentabilidad) y su mayor sensibilidad a las tendencias del mercado, así como por los bonos emergentes.

A priori, el escenario actual es más propicio para la gestión activa en Renta Fija con vistas a la búsqueda de Alpha (capacidad de obtener rendimientos extra sobre el mercado con una aproximación inversora similar). Porque hay factores que favorecen este tipo de gestión: existen nichos de rendimiento en la parte larga de la curva (emisiones a vencimientos más largos), el crecimiento esperado hará subir el precio de las materias primas, y la ausencia de políticas para contener la inflación por parte de los bancos centrales, provocará un aumento de la volatilidad.

Otras inversiones: ESG, alternativos, oro, divisas

Las turbulencias provocadas por la pandemia no han hecho más que acelerar los cambios que se estaban implantando poco a poco en la economía, las inversiones, y la sociedad. Cambios como el apetito por las  inversiones sostenibles y beneficiosas para el medio ambiente, la sociedad y la gobernanza corporativa (ESG); los nuevos hábitos de trabajo (teletrabajo) que acarrean el uso creciente de la tecnología y la digitalización; o la tendencia creciente hacia las inversiones alternativas en activos reales, con correlación baja o nula con los mercados financieros, y que permiten alumbrar la expectativa de rendimientos atractivos y estables en esta larguísima etapa de tipos bajos a la que no se ve final.

En concreto, los analistas estiman que las inversiones alternativas van a salir reforzadas tras la crisis. Porque su menor liquidez les beneficia, y porque la desintermediación bancaria y la pandemia han abierto oportunidades de inversión. Tanto a través de activos no cotizados como Private Equity; como aprovechando la actividad creciente en fusiones y adquisiciones por la gran cantidad de empresas en condiciones de ser adquiridas tras el fuerte impacto de la pandemia en numerosas compañías; o diversificando las inversiones hacia activos alternativos, poco correlacionados con el mercado, tales como el inmobiliario, las infraestructuras, o las energías renovables.

Otros activos como el oro, que ha subido mucho en los momentos más duros del confinamiento (por su condición de activo refugio a pesar de no dar cupón) tienen expectativas favorables en la medida que continuará la situación de tipos reales negativos por la subida de la inflación. Y por último, en las divisas, la recién estrenada presidencia de Joe Biden, el crecimiento de otras zonas geográficas y los tipos bajos propician la debilidad del dólar, convirtiéndolo en una oportunidad de inversión.

Información extraída de informes de Santander Private BankingBerenberg Wealth & Asset Management, y Beka Values

Artículo publicado en Influencers.

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Javier Ferrer

Javier Ferrer

Sus elevados conocimientos en finanzas -está en disposición del certificado EFPA- se traducen en estrategias de comunicación corporativa diferenciales para empresas relacionadas con la gestión de activos, el asesoramiento, la financiación, y las inversiones. Ha desarrollado un modelo de comunicación innovador en el mercado, basado en el seniority, y la especialización en finanzas. 

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