Desde el pasado 10 de marzo , ha entrado en vigor el Reglamento europeo SFDR, que busca potenciar los objetivos de lucha contra el cambio climático por parte de la industria de gestión de activos. Para lo cual, esta normativa requiere a las gestoras de fondos para que clasifiquen sus productos en una de las tres categorías siguientes:
En el articulo https://www.invercomunicacion.com/la-nueva-regulacion-sfdr-garantia-para-las-inversiones-sostenibles/, ya anticipábamos las dificultades con las que se iban a enfrentar las gestoras a la hora de clasificar sus fondos bajo el artículo 8 o el artículo 9. No sólo porque las gestoras necesitan “interpretar” correctamente los términos usados por el regulador (por ejemplo, qué significa “promover”), sino también, porque dependen para ello de la información que facilitan las compañías en las que invierten. Y todo ello bajo una presión creciente de los distribuidores de fondos, que no van a aceptar la compra de productos que no estén clasificados bajo alguno de los dos artículos.
La combinación entre la presión interna de las propias gestoras, junto a la externa de los distribuidores, ha generado mucha incertidumbre en las gestoras respecto a la nueva normativa SFDR. Lo que se percibe claramente en el análisis que ha hecho Morningstar sobre qué es lo que han hecho a fecha 30 de marzo las gestoras.
Morningstar ha realizado una encuesta a gestoras que representan un universo de 5,695 fondos domiciliados en Luxemburgo, casi el 50% del total, con AUM totales de 768 Bn €. Las conclusiones confirman los temores de las gestoras. Porque el ritmo de clasificación de los fondos es todavía lento, y se observa una excesiva disparidad de criterios.
- A 30 de marzo 2021, sólo el 21% de los fondos había sido categorizados
- El 18% en el articulo 8
- El 3% en el articulo 9
Paralelamente, Morningstar realizó el mismo día otra encuesta a 30 gestoras de fondos de distintas nacionalidades y de una amplia variedad de tamaños, desde grandes operadores como Amundi, BlackRock y JPMorgan, hasta boutiques especializadas, caso de Candriam o Mirova.
El siguiente cuadro presenta el número de fondos clasificados según los artículos 8 y 9 para cada una de las gestoras encuestadas, y muestra la disparidad en la forma de clasificar los fondos por parte de las gestoras.
Mientras que gestoras francesas como Amundi y BNP Paribas, tenían clasificados un porcentaje importante de sus productos, otras como BlackRock, UBS o JPMorgan, sólo estaban comenzando el proceso.
Para ilustrar este tema con otra óptica, este gráfico muestra el porcentaje sobre el total de activos gestionados por cada gestora que representan los fondos ya clasificados en alguna de las categorías SFDR.
Las primera conclusión que podemos extraer de este cúmulo de datos es que las gestoras nórdicas y holandesas ocupan los primeros lugares en la categorización de sus fondos sostenibles, con porcentajes casi del 100%, lo que parece lógico dado su fuerte compromiso con la inversión responsable. Las gestoras francesas, son también muy activas porque presentan un compromiso también encomiable, aunque sus porcentajes son ligeramente menores
Por el contrario, firmas como BlackRock, UBS y JPMorgan, sólo han categorizado el 17%, 11% y 15% respectivamente del total de sus universos de fondos. Ahora bien, según las propias gestoras, este bajo porcentaje de categorización no es preocupante, dado su firme compromiso en alcanzar como mínimo el 70% de fondos sostenibles en el conjunto de su gama de productos.
Situación en España, y expectativas
Según datos de la CNMV, en el mercado español se han categorizado 60 fondos bajo el artículo 8, y 1 bajo el artículo 9. Otros 64 están en proceso, por lo que son 130 los fondos sostenibles que estarán a disposición de los inversores en el corto plazo. A medio plazo esta cifra aumentará, porque el 85% de las gestoras ya han presentado la actualización de los folletos de los fondos de inversión.
Por tanto, las expectativas de alcanzar la plena sostenibilidad en el conjunto de la industria de gestión de activos son positivas. Aunque este objetivo no está exento de desafíos. El principal de ellos, tal y como reconocen desde Fidelity, es la rapidez con la que están desarrollándose las nuevas políticas de sostenibilidad, tanto en Europa como a nivel global.
Ya sea por motivos más comerciales que los puramente regulatorios -que los distribuidores y compradores de fondos sólo van a aceptar a partir de ahora productos con sello homologado ESG-, ya sea por otras razones, muchos países no europeos, entre ellos China, y la nueva administración USA, han comenzado a moverse en esta dirección. Lo que puede dar un impulso relevante al profundo cambio que está viviendo la industria de gestión de activos.
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